Pedimos a los alcaldables que no pierdan sus oficios, que sean honrados con su cometido y que cuando lo terminen vuelvan con naturalidad a sus puestos de trabajo

Artículo de Opinión por Álvaro Bajén, secretario general de UPTA Aragón. Abogado

Baltasar Gracián decía que el político era aquél que ·»en perdiendo casa propia, se preocupa de la ajena·-, aunque los tiempos que vivimos están para hacer este tipo de críticas, no puedo estar de acuerdo con esta afirmación.

Y es que no se puede acceder a la política (que, por otra parte, no está controlada por el mérito) para poder subir en la escala social o simplemente para tener un oficio. Si bien se debe compensar económicamente el trabajo de nuestros políticos no podemos hacer de la política un oficio. Y aquí está una gran contradicción: ¿cómo hacemos que nuestros mejores talentos se preocupen de los asuntos generales y sean ellos quienes controlen a todos aquellos que destrozan las cosas creadas por los trabajadores? Sólo con conciencia social.

Y es que en muchos casos el que accede a la política ¡pierde su oficio!

Desde la instauración de la democracia es el pueblo, el mundo del trabajo, quien elige a sus representantes para que estos velen por sus intereses. Sin embargo, en estos tiempos, demasiados representantes tienen su punto de mira (más que en el pueblo) en los intereses de las grandes estructuras financieras.

Nosotros, los autónomos, somos esencialmente trabajadores, puesto que sin este componente nuestros negocios no se mantendrían. Por ello, como trabajadores no podemos mirarnos en el espejo de todos aquellos que huyen de sus oficios para tener una riqueza efímera. Nos preocupa nuestro trabajo, su perfeccionamiento y el entorno social donde convivimos. Por eso pedimos a los alcaldables que no pierdan sus oficios, que sean honrados con su cometido y que cuando lo terminen vuelvan con naturalidad a sus puestos de trabajo.

Los políticos nos son totalmente necesarios, ¿Cómo paramos a los especuladores? ¿Cómo conseguir que tengamos financiación o accedamos a la innovación?

Han de escucharnos y eso sólo lo garantizaremos si los que son nuestros legítimos representantes mantienen sus oficios, están en la calle y rompen con las costumbres nobiliarias de tener un gran despacho y hacer esperar a los ciudadanos. Sólo así ellos serán nosotros y nosotros seremos ellos. De esta simbiosis nace y crece su fuerza y nuestra fuerza.

Si nosotros aspiramos a ser lo que no debemos ser y ellos también, no hay nada que hacer.

La humanidad habría desparecido hace tiempo sin la fuerza de trabajo y la racionalidad que ello comporta, soy optimista. Voto. Y es lo que todos los autónomos debemos hacer.

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