La restricción crediticia, la alta morosidad, la disminución de la demanda interna y la poca eficacia de los programas de autoempleo explican el descenso por primera vez en la historia del número de trabajadores autónomos afiliados al RETA.

Durante el año 2008 y los dos primeros meses de 2009 el número de personas dadas de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social (altas menos bajas) ha descendido en un número aproximado de 140.000. ·»Este dato en términos absolutos, más aún teniendo en cuenta las bajas voluntarias y por jubilación, no representa mucho más del 3% de descenso, que se mantiene casi cuatro puntos por debajo del Régimen General. Sin embargo, resulta muy significativo en términos de tendencia, teniendo en cuenta especialmente las series históricas que demuestran un crecimiento anterior permanente del colectivo·-, explicó Sebastián Reyna, secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos ante la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados.

Existen cuatro causas particulares- según detalló Reyna- en la actual situación que pueden explicar este fenómeno de descenso:

1. Primero, la restricción crediticia. El autónomo, por su escasa capacidad patrimonial, más allá de la viabilidad de su negocio, necesita como elemento sustancial el acceso al crédito y al descuento de los efectos financieros emitidos a su favor.
2. La alta morosidad, tanto entre empresas, como con determinadas Administraciones Públicas. El autónomo es el último eslabón en la cadena de subcontratación en sectores claves como la construcción, el transporte o los servicios auxiliares a las empresas, y por lo tanto el último en cobrar.
3. La disminución drástica de la demanda interna.
4. En cuarto lugar, nuestros Gobiernos, tanto de la Nación como de las Comunidades Autónomas, han tenido pocos reflejos en el proceso de consolidación de la situación de crisis, no incorporando una profunda transformación de los programas de fomento del autoempleo entre las primeras medidas anticrisis, lo que hubiera supuesto una mayor capacidad de determinados colectivos para evitar la situación de desempleo.

Además, siguió diciendo el secretario general de UPTA, el autónomo no tiene acceso a la situación legal de desempleo ni a una reorientación profesional específica y a su nueva situación de inactividad se suma, en la mayoría de los casos, un endeudamiento anterior difícilmente asumible. ·»Conocíamos recientemente un dato muy significativo, el 14% de las personas que han accedido a la renta de inserción mínima en el territorio de Cataluña proviene del trabajo autónomo. Se pasa directamente de la condición de empresario a la de riesgo de exclusión social·-, dijo.

En este contexto, el comportamiento general de las instituciones financieras, con honrosas excepciones, adujo Reyna, ·»creemos que no responde a los criterios éticos aconsejables que se deben mantener para con los que han sido sus clientes habituales y para un sector que ha sido componente básico de los beneficios de muchas entidades·-. UPTA ha podido comprobar que se exigen garantías desmesuradas, propuestas de líneas de crédito más caras que las que se ofrecen desde el sector público, obligación de depositar parte del crédito concedido como imposición a plazo fijo·

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