1. Portada
  2. Actualidad
  3. Tercera Revolución Industrial (II)

Tercera Revolución Industrial (II)

Al modo de la ·»roja·- y ·»se puede·-, podemos unir a todos los autónomos para trabajar en un proyecto y en unas metas comunes

Artículo de Opinión, por Álvaro Bajén, secretario general de UPTA Aragón y de Política Económica de UPTA España. Abogado

Para dar salida a la situación actual opinamos que hay dos grandes fuerzas que pueden dar un latigazo a nuestra economía: el impulso de la democracia del trabajo y el avance empático de los seres humanos.

Lo que es común a todos los procesos de trabajo es que en todos interviene la racionalidad y se concitan los intervinientes para la mejora del producto o servicio. En el trabajo desarrollamos en común actividades concretas dirigidas a una finalidad. En el proceso de su elaboración todo se prevé y se concierta. No existen diferencias ideológicas, ni religiosas: ·»el maestro está por la educación racional de los niños, el campesino por la utilización de la maquinaria necesaria, el investigador por el establecimiento de pruebas científicas. Es fácil darse cuenta de que cuando un trabajador está en contra de tal o cual resultado práctico y benéfico, no habla en calidad de trabajador, sino bajo el efecto de influencias políticas o de cualquier influencia irracional·-

La naturaleza del trabajo implica estar siempre por alguna cosa, es racional y nunca se plantea actuar apriorísticamente contra algo. La función vital irracional es ajena a este mundo laboral y cuando se desarrolla no es más que la manifestación de una enfermedad.

No vamos a descubrir el trabajo en equipo pero podemos manifestar que en esta nueva era las herramientas tecnológicas nos permiten multiplicar sus formas y ampliar sus beneficios. Por eso cabe plantear frente a la democracia formal la democracia del trabajo.

La otra fuerza se deriva del incremento de la empatía en los seres humanos. El ser humano, que es esencialmente social y relacional ·»presenta una predisposición genética a la compañía de otros seres humanos·-. La idea de un individuo que compite contra otros y lucha por vencer en un medio hostil está totalmente desfasada.

Denominamos empatía a la capacidad que tenemos innata los humanos autónomos para ponerse en la situación del otro. La fuerza empática espiga especialmente en las relaciones laborales y se ve amplificada por la naturaleza del trabajo.

Compartir, colaborar, se concreta, por ejemplo en la capacidad que podemos tener los humanos en producir y compartir la energía entre millones de personas, esto marca el principio de una nueva era. Una economía más participativa y más distributiva. En definitiva una economía sostenible.

Para lograrlo nada mejor que concitar las voluntades de los españoles en lo común. Al modo de la ·»roja·- y ·»se puede·-, podemos unir a todos los autónomos para trabajar en un proyecto y en unas metas comunes. Para eso hace falta ilusión, muy parecida a la generada por nuestra selección de fútbol.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar

Menú

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Utilizamos cookies propias y de terceros para realizar el análisis de la navegación de los usuarios y mejorar nuestros servicios. Al pulsar Acepto consiente dichas cookies. Puede obtener más información, o bien conocer cómo cambiar la configuración, pulsando en Más información

Cerrar